Ahora que ninguno queda,
de maleza quedó el camino
tras los estragos del exceso.
Que a nuestros pasos devoraba
Hasta sus propios rastros
No fue uno,
ni fueron dos,
fueron tres.
Cual trinidad de todo lo que acontece.
tres personas que caminaban juntos,
pero que en soledades se hicieron zancadilla para impedir el retorno del otro.
Como dos iguales desconfiando del tercero que eran ellos mismos;
como cada uno queriendo tirar a rodar el triángulo para quedarse con el círculo.
¡Triple hijueputas!
Ustedes dos ya no son ustedes
ni son dos.
No son nada.
El círculo se cerró.
Están separados.
Como yo.
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